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Por lo general, cuando se habla de hackers, se hace alusión a una persona que se dedica a encontrar fallos informáticos en el ciberespacio para robar información o dinero. Sin embargo, ante estas posibles amenazas, ha aparecido otra figura que cumple un rol muy parecido en cuanto a la detección de fallos de un sistema determinado, pero a petición de sus propios clientes. En este sentido, ya no se habla de un hacker de manera ilegal, sino de un hacker ético. Se considera como un experto que, con previo consentimiento de su cliente, entra a su web y accede a sus datos, con el fin de comunicarle cuáles son sus debilidades y así contrarrestar los posibles ataques. Este proceso se lleva a cabo por medio de una prueba de penetración donde se planifica un ataque controlado al sistema. Allí se evalúa la seguridad de componentes como los puertos de seguridad, conexiones inalámbricas, servidores web, entre otros. Así, quien contrate este servicio, podrá proteger sus softwares y redes, estar al día en cuanto a ciberseguridad y ofrecer una web segura a sus clientes. Finalmente, esta labor está cada día más estandarizada, por lo que es conveniente asesorarse bien y establecer los límites del ataque para crear una web más segura.
"Un experto, con previo consentimiento de su cliente, verifica las debilidades de seguridad a las que están expuestos sus datos"