¿Deberías evitar prestarle dinero a tu familia o amigos?

Cuando pedimos apoyo económico a las personas más cercanas a nosotros confiamos en que, por el afecto que media en la relación, habrá más posibilidades de obtener una respuesta positiva y, además, facilidades que no podríamos tener con un préstamo normal. Pero esto puede terminar mal para las dos partes si el deudor no puede responder por el pago, pues, cobrar nunca es agradable, mucho menos cuando se trata de un pariente o amigo. Primero, es importante que pienses si estás en condición de hacer el préstamo, si el dinero saldrá de un gasto importante que ya tenías planeado o si no lo necesitas urgentemente. Luego, indaga por qué esa persona ha llegado a esa situación y para qué necesita el dinero, así te das una idea de qué tan probable es que te lo pueda devolver. Es importante que tu familiar o amigo sea de plena confianza para que asumas este riesgo, además necesitas garantías y saber claramente cuándo te van a pagar.