Harley-Davidson: una complicidad exitosa

Durante 1901, en Milwaukee, el mundo ignora la existencia de William Harley, un joven camarero que, a los 21 años, trabajaba como dibujante de bicicletas en Barth Manufacturing Company, y Arthur Davidson, un vendedor y narrador de historias que trabajó en el mismo taller. Amigos de toda la vida y sin un centavo, se unieron para crear un motor de combustión más ligero, capaz de poner en marcha una “bicicleta”. Después de un intento fallido, se dieron cuenta de que necesitaban un mecánico y, así, aparece en escena Walter Davidson, hermano de Arthur. En 1903, construyen un taller en la propiedad de los Davidson y el siguiente año, al unirse William Davidson, se crea la motocicleta que competiría en su primera carrera conducida por Walter. Después de múltiples carreras, el sueño de tres hermanos y un amigo vio la luz. Para 1906, fundaron su primera fábrica con 6 empleados y, en menos de 10 años (1914), ya estaban produciendo 16.284 motos. A partir de allí, las cosas solo pudieron ir a mejor; se convirtieron en el principal proveedor de motos para el ejército en la primera y segunda guerra mundial. Así nació la leyenda, entre la complicidad y la experticia de cuatro jóvenes con una visión.