El meollo de la libertad de expresión online

La reciente compra de Twitter por parte del magnate Elon Musk, ha vuelto a llamar la atención sobre el asunto de la libertad de expresión en redes sociales. La discusión ha girado en torno al cambio de las políticas de posteo en esta red social, puesto que se baneó a diferentes periodistas que expresaron opiniones negativas del nuevo CEO, mientras que se permitió el regreso de usuarios con tendencias radicales de derecha. Aunque se podría pensar que este derecho al ser universal sigue aplicando en redes, lo cierto es que lestas no son propiedad pública, y por tanto la libertad de expresión de los CEO de las redes les permite establecer lo que se puede o no decir en sus sitios. Así, al constituir sociedades enteras online, las redes sociales se asemejan cada vez más a naciones pequeñas en las que las decisiones sobre la libertad de expresión son tomadas dictatorialmente. Para contrarrestar este exceso de poder, por ejemplo, se podría instar a los gobiernos a asumir posturas antimonopolio frente a las redes sociales. Otra propuesta sería hacer de las redes sociales un bien de uso común, como el agua; de este modo, los internautas podrían tener mayor seguridad sobre la transparencia de las redes y asegurarse de que su funcionamiento sea correcto.