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Los gatos, antes que mascotas, son depredadores carnívoros, por lo que tienen una tendencia natural a cazar. El juego, para ellos, consiste en simular la experiencia de la cacería; esto los ayuda a liberar estrés, evitar la ansiedad y eventuales problemas de peso, ganar confianza y desarrollarse bien física y mentalmente. Además, es una forma de crear un vínculo con él, pues aprende a asociarte con una actividad que le genera placer y, si acaba de llegar a tu hogar, es una estrategia para que se adapte. Lo recomendable es jugarles al menos 2 veces al día. Ten presente que el estrés no es un problema menor, provoca exceso o falta de aseo, rascado excesivo y agresividad; incluso problemas del tracto urinario, digestivos y vómitos. Puede que el gato empiece a ensuciar la casa o que tome como juguetes objetos que no quieres que dañe, pues de alguna manera necesita quemar su energía. La obesidad tampoco debe subestimarse, pues de ella se derivan enfermedades cardíacas y diabetes. Así, ya no podemos seguir pensando que el juego para los gatos es algo de lo que podemos prescindir, sino que resulta tan importante como los paseos matutinos de un perro.
"El juego para los gatos resulta tan importante como los paseos matutinos de un perro"