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El dulce nos gusta tanto por algo. Y es que el azúcar activa las partes del cerebro que producen serotonina, una hormona que se relaciona con las sensaciones que producen felicidad, euforia e, incluso, amor. Por esto, cuando te sientes triste o quieres celebrar algo, tu mente te pide un dulce, pues este te ayuda en momentos difíciles o aumenta la sensación de felicidad en un buen día. Esto no es todo, la nutricionista Raquel Tejada, en su último estudio, concluyó que las personas que consumen más dulce tienden a ser generosas, positivas y cómplices. Además, descubrió que el azúcar ayuda a que el cuerpo segregue otras hormonas (aparte de la serotonina) que están relacionadas con un mejor estado de ánimo, una sonrisa contagiosa y la liberación de las tensiones.
"El azúcar activa las partes del cerebro que producen serotonina, una hormona que se relaciona con las sensaciones que producen felicidad"