Ageism o discriminación por edad

Así como el racismo y el sexismo, la discriminación por edad se origina al mantener determinado estereotipo negativo con respecto alguna edad, principalmente, se da de jóvenes a adultos o viceversa. Contra las personas mayores se asegura que hay unos prejuicios ya dados desde la perspectiva de los jóvenes, quienes dicen que ya han tenido su turno para vivir y que por eso deben darle paso a los más jóvenes; además se afirma que los recursos deben ser invertidos en la juventud y no en la etapa de los adultos mayores; por último, se piensa que los mayores deben vestir y hablar como tal, y no robarle esto a las generaciones posteriores. Desde la otra perspectiva, sobre todo desde el campo laboral, se tiende a pensar que los trabajadores más jóvenes son “mimados”, “radicales” e “irrespetuosos”, lo que genera también una alta discriminación al momento de contratar o tomarlos en serio en distintos ámbitos de la vida. Entre los efectos del Ageism se frecuenta la baja autoestima y el odio generalizado hacia la gente mayor o menor, según sea el caso.